Guía y relato de un viaje por libre a Australia(2004)1

Publicado en por Yolanda y Toni (Viatgeaddictes)

Introducción

Australia es el único país que ocupa un continente entero y, con una superficie equivalente a 15 veces la de España, es el sexto país más grande del mundo.

Desde luego, la mayor atracción de este país es su belleza natural y, debido a su tamaño, no es de extrañar que los paisajes australianos sean muy variados, yendo desde las playas de oleaje espectacular, salientes rocosos y acantilados en el sur hasta los densos bosques lluviosos tropicales en el norte, pasando por el inhóspito outback (así llaman los australianos a la zona interior del país).

Otra maravilla es la gran Barrera de Coral, la mayor del mundo, y que deja un rosario de islas en el nordeste del país. Además, Australia ocupa una de las masas continentales más antiguas y menos elevadas del mundo, lo que sumado a su aislamiento desde el punto de vista biológico, ha dado lugar a especies animales y vegetales únicas en el planeta.

Pero las ciudades también tienen su interés, especialmente Sydney, enclavada en un lugar de excepcional belleza. La sociedad australiana tampoco deja de sorprendernos por sus costumbres y su estilo de vida, aparentemente muy relajado y ordenado (¿quizás demasiado?) a los ojos de los europeos meridionales.

Dadas las dimensiones de este país-continente y sus numerosos puntos de interés son muchos los itinerarios que se pueden diseñar en función de gustos, tiempo disponible y presupuesto.

El itinerario aquí expuesto es sólo uno de ellos: con él pretendimos realizar una primera aproximación al país, visitando varios de sus puntos de interés más característicos. De los seis estados y dos territorios en que se divide administrativamente Australia este viaje visita VictoriaNueva Gales del Sur (NSW), Queensland, y el Territorio del Norte.

Ficha técnica del viaje

Fechas

Del 12 de junio al 10 de julio de 2004

Itinerario
mapa
Día 1: BCN - Frankfurt
Día 2: Frankfurt - Singapur
Día 3: Singapur - Melbourne
Día 4: Melbourne - Williamstown - Melbourne
Día 5: Melbourne - Geelong - Great Ocean Road - Melbourne
Día 6: Melbourne
Día 7: Melbourne - Sydney
Día 8: Sydney - Manly - Sydney
Día 9: Sydney - Taronga Zoo - Sydney
Día 10: Sydney - Katoomba (Blue Mountains) - Sydney
Día 11: Sydney - Bondi Beach - Bronte - Sydney
Día 12: Sydney - Cairns
Día 13: Cairns - Yungaburra
Día 14: Yungaburra - zona Atherton Tablelands - Kuranda
Día 15: Kuranda - Mossman - Cape Tribulation
Día 16: Cape Tribulation
Día 17: Cape Tribulation - Mission Beach
Día 18: Mission Beach - Port Douglas
Día 19: Port Douglas - Gran Barrera - Port Douglas - Cairns
Día 20: Cairns - Fitzroy Island - Cairns
Día 21: Cairns - Alice Springs
Día 22: Alice Springs - P.N. Kata Djuta - Curtin Springs
Día 23: Curtin Springs - Alice Springs
Día 24: Alice Springs - Darwin
Día 25: Darwin - Ubirr (P.N. Kakadu)
Día 26: Ubirr - Katherine
Día 27: Katherine - P.N. Nitmiluk - P.N. Litchfield - Darwin
Día 28: Darwin - Singapur
Día 29: Singapur - Frankfurt - BCN
Dinero

La moneda es el dólar australiano (abreviado A$). No hay ningún problema en cambiar euros, tanto en bancos como en oficinas de cambio y no se suele cobrar ninguna comisión por el cambio en efectivo (aunque es conveniente preguntar antes). En las ciudades las oficinas de cambio, especialmente las regentadas por orientales, suelen ofrecer mejor cambio que los bancos. Recomendamos chequear dos o tres sitios antes de cambiar, ya que puede haber diferencias significativas. En la terminal de llegadas del aeropuerto de Melbourne hay al menos una oficina de cambio abierta las 24 h, pero el cambio aplicado no es muy bueno, por lo que es mejor cambiar aquí lo mínimo.

Por otra parte el uso de la tarjeta de crédito (por ejemplo VISA) está muy extendido y se puede pagar prácticamente todo y en cualquier lugar del país. Con posterioridad también hemos observado que los pagos realizados con tarjeta han resultado ser significativamente más baratos que si los hubiéramos pagado en efectivo. Llevar una tarjeta de crédito también es muy conveniente si se piensa alquilar un vehículo.

Cambio medio:: 1 A$ (dólar australiano) = 0,607 Eur (1 Eur = 1,64 A$). Ver cambio actualizado en el enlace Eur -> AUD

Gastos del viaje

+ 1.099 € (vuelo BCN-Melbourne-Darwin-BCN + tasas aéreas + sobrecosto combustible)
+ 352 € (vuelo Sydney-Cairns + vuelo Cairns-Alice Springs + tasas aéreas)
+ 6 € (ETA / Autorización Electrónica de Viaje)
+ 1.870 € (transporte, alquiler coches, alojamiento, comida/bebida, entradas, excursiones, ...)
+ 51 € (regalos)
= 3.378 € (total por persona)

Nivel de vida: El nivel de vida para el viajero es alto, similar al de España, aunque se puede rebajar el presupuesto reduciendo los desplazamientos (el transporte es quizás lo más caro), buscando ofertas de última hora en Internet (antes o durante el viaje), alquilando un coche o autocaravana y pernoctando en campings, aprovecharse de los pases de transporte o de los descuentos de algunos carnets, etc. Australia es un país con una gran tradición mochilera (backpacker) y hay millones de sitios (hoteles, agencias, transportes, etc) que, utilizando esta palabra como gancho, luchan por captar este tipo viajero, aunque no siempre son sinónimo de barato.

Sacarse el carnet de alberguista internacional YHI antes de marchar a Australia es una buena idea, ya que se pueden obtener algunos descuentos en el país.

Visado

Desde finales de octubre de 2008 hay un servicio electrónico llamado eVisitor que permite a los titulares de pasaportes de países de la UE y otros, entre ellos España y Andorra, solicitar una autorización electrónica de viaje a Australia a través de Internet y sin ningún coste. En caso de ser aprobada, la autorización de viaje permite la estancia en Australia, por turismo o negocios, hasta tres meses repartidos tantas veces como se quiera durante un periodo de 12 meses.

Sólo es necesario rellenar la información requerida en el formulario online de eVisitor con suficiente antelación, antes del viaje, y esperar unas horas o unos pocos días a recibir un correo electrónico de las autoridades australianas que confirme la aprobación de la solicitud. Se recomienda llevar impreso este correo de autorización para presentarlo en caso de ser requerido.

En cualquier caso también hay que llevar un pasaporte con una validez mínima de 6 meses desde el momento de la entrada al país.

En caso de estancias superiores a los 3 meses o si el motivo del viaje son estudios o trabajo entonces será necesario un visado. Más información al respecto a través de la embajada de Australia en Madrid o en la página web del Ministerio de Inmigración y Ciudadaníadel gobierno australiano.

Torre Espacio. Paseo de la Castellana, 259D, Planta 24 - 28046 Madrid
Tel.             91 353 66 90      .
Salud

Para viajar a Australia sólo es obligatoria la vacuna contra la fiebre amarilla para viajeros procedentes de países donde esta enfermedad esté presente. Las condiciones sanitarias en Australia son muy buenas, pero la asistencia médica no es gratuita para los turistas. Por eso se recomienda viajar, como a cualquier otro país del mundo, disponiendo de alguna póliza o seguro médico que cubra la asistencia sanitaria y los gastos de repatriación en caso de necesitarla.

Por otra parte, debido al agujero de la capa de ozono en el hemisferio sur, hay un riesgo de cánceres de piel en exposiciones al sol y por eso se recomienda utilizar cremas solares protectoras, sombreros y gafas de sol.

Tampoco debemos olvidar los efectos del jet lag, debido a la diferencia horaria, o el cansancio producido por los largos trayectos en avión. Una vez en el país hay que protegerse del fuerte sol australiano, así como de cierta fauna autóctona que puede ser peligrosa e incluso mortal. A la lista de serpientes, arañas, tiburones o cocodrilos hay que sumar la temible jellyfish, una medusa abundante en las costas del norte y nordeste, especialmente entre noviembre y finales de abril, cuyas picadas pueden resultar fatales. En muchas playas se puede ver un rótulo que avisa del peligro, así como un recipiente con vinagre para el primer tratamiento en caso de picada. También en numerosos riachuelos y playas se avisa de la posible presencia de cocodrilos. Desde luego no hay que alarmarse por ésto, pero tampoco hay que olvidar que el peligro existe. Es bueno seguir las recomendaciones de la gente local y de nuestro sentido común.

Asimismo las autoridades sanitarias y los servicios de cuarentena de Australia tienen unas normas específicas y muy rigurosas para la importación de diversos productos (más información al respecto en la página Australia: Information for travellers). Los controles para cuarentena son minuciosos y los equipajes pueden ser sometidos a control por rayos X, por perros o manual a la llegada al país. Está rigurosamente prohibido entrar con productos alimenticios, plantas o flores. La ficha de entrada al país debe ser rellenada con mucho cuidado, declarando cualquier producto sometido a cuarentena. Cualquier falsedad u omisión al respecto puede implicar multas, la confiscación de objetos o el riesgo de ser deportado en el siguiente avión.

Seguridad

Australia es un país muy seguro (basta con ver la poca o nula protección de las viviendas frente a robos), aunque, como siempre, conviene tomar precauciones y usar el sentido común, especialmente por la noche y en grandes ciudades. En algunas zonas, sobre todo en las ciudades del centro y el norte del país, se pueden ver grupos de aborígenes alcoholizados vagando por la calle, lo cuál supone un grave problema social para el país, pero no de seguridad para el viajero, ya que no son violentos ni especialmente peligrosos. Por otra parte, Australia también es un país muy seguro para mujeres que quieran viajar solas.

Transporte

Avión. Debido a las grandes distancias del país el avión puede ser una buena alternativa en algún trayecto, especialmente si queremos ganar tiempo. Actualmente hay dos grandes compañías que cubren todo el territorio, Qantas y Virgin Blue (ésta última es más nueva y competitiva que la primera). Las tarifas normales no son nada baratas, aunque es posible aprovechar ofertas de última hora o algún otro tipo de descuento, contando, eso sí, con tener flexibilidad en las fechas. Se pueden comprar los vuelos domésticos una vez en el país (en todas las ciudades australianas existen oficinas de la exitosa cadena Flight Centre, especializada en la venta de vuelos y vacaciones, y que siempre tiene en el escaparate la lista de ofertas).

Nosotros optamos por comprar dos vuelos internos de Qantas antes de llegar al país para así tener los trayectos ya asegurados en las fechas deseadas. Aunque es posible cambiar las fechas de un vuelo de Qantas una vez comprado el billete, desde abril del 2004 esto supone un coste de 25 A$. También debe tenerse en cuenta que en periodos vacacionales la ocupación de vuelos internos puede fácilmente llegar a ser del 100%, sobre todo a destinos tan apartados como Alice Springs o a Yulara.

Autobús. Es la forma más barata de desplazarse entre ciudades, aunque algunos trayectos pueden ser muy largos por la distancia a recorrer. La compañía nacional McCafferty's/Greyhound Pioneer cubre todo el país. Sus autobuses no son de última generación, pero son suficientemente cómodos, y disponen de lavabo y aire acondicionado, y en ellos no se puede fumar. Mostrando el carnet de alberguista YHI al comprar el billete se obtiene un 10% de descuento sobre el precio normal (con el descuento obtenido en el trayecto Alice Springs-Darwin, por ejemplo, se amortiza sobradamente el coste del carnet). En la web de la compañía podéis estudiar si alguno de los pases de autobús que ofrece, por ejemplo el Aussie Explorer Pass, se adapta al diseño de vuestro viaje y así ahorrar algunos A$, aunque suelen ser útiles sólo en el caso de viajes de varios meses.

Para desplazarse de una ciudad a otra también existe la posibilidad de comprar una plaza en un backpacker bus, minibuses que fletan agencias turísticas y que es una mezcla de transporte y excursión organizada con paradas intermedias para visitar cosas. Aparte de ser más caro que el autobús, creemos que no es apto para espíritus independientes y por esta misma razón no llegamos a probarlo.

Coche de alquiler. Alquilar un vehículo (coche, 4WD o autocaravana) puede ser una muy buena opción si queremos total libertad. Además, para dos o más viajeros el precio también puede ser ventajoso, dependiendo de la zona del país. Aunque se conduce por el lado izquierdo, la conducción es bastante fácil y segura. Los vehículos de alquiler pueden ser automáticos o manuales. Suele haber un estricto límite de velocidad de 100/110 km por hora y aunque no suele haber autopistas ni autovías, las carreteras están en buen estado y muy señalizadas. Pese a todo, existen ciertas áreas del país en las que las compañías de alquiler desautorizan conducir sus vehículos debido a su aislamiento, al mal estado de carreteras y pistas o por las duras condiciones climatológicas. Para alquilar un vehículo no se precisa el carnet de conducir internacional, basta con nuestro carnet estandar. Hay que ir con cuidado a la hora de comparar precios entre distintas compañías y con las condiciones de los contratos que firmamos, ya que debemos tener en cuenta cosas como el seguro, las franquicias, el kilometraje, etc. El precio de la gasolina sin plomo en las fechas de nuestra visita estaba sobre 1 A$/l, aunque había variaciones según la zona.

Para conducir por el outback hay una serie de recomendaciones extras, como son ir preparado con agua y comida para las largas distancias sin nada entre medias, vigilar con las interminables rectas que suelen producir somnolencia por el calor y el aburrimiento (llevad CDs para escuchar música en el coche, ya que pueden pasar cientos de kilómetros sin sintonizarse ni una emisora de radio), y tener mucha precaución con los animales sueltos (vacas, canguros, wallabies, etc), muy especialmente de noche. Por último, en estas carreteras también hay que tener en cuenta los monstruosos road trains (camiones con hasta cuatro largos remolques), ya que suelen ir al límite de velocidad permitida y cuando toman una velocidad sostenida ya no hay quién les pare. Ante la duda mejor dejarles pasar.

Tren. También es posible recorrer el país en ferrocarril, pero los trenes de largo recorrido son bastante más caros y lentos que el autobús, aparte de su escasa frecuencia, por lo que sólo son aptos para incondicionales y románticos del tren. Para éstos existen dos rutas en Australia muy recomendables: el Indian Pacific, de Sydney a Perth (recorre la Long Straight, la recta de ferrocarril más larga del mundo, con 478'4 km de vías sin curva alguna en la Nullarbor Plain), y el The Ghan (un lujoso tren que conecta Adelaida y Darwin, cruzando el outback de arriba abajo).

Clima

Por su gran extensión, su situación geográfica y debido a la falta de altas cordilleras, Australia tiene diferentes tipos de climas, aunque en general son suaves. También hay que tener en cuenta que al encontrarse en el hemisferio sur las estaciones son opuestas a las nuestras.

En las fechas de nuestra visita encontramos un frío suave en la zona de Melbourne (entre 4 y 13ºC) y más templado en la de Sydney (entre 8 y 23ºC), aunque a veces el viento aumentaba la sensación de frío. Algún corto episodio de lluvia, especialmente en Melbourne. En Queensland la temperatura era cálida de día (máximo 25ºC) y fresca por la noche. En el centro del país el día era templado (unos 21ºC), mientras que las noches eran algo frías. Las temperaturas más cálidas las encontramos en Darwin y alrededores, siendo calurosas de día y bastante templadas de noche. Por tanto, en esta época conviene llevar ropa de abrigo y también de verano, e ir preparados para la lluvia.

Gastronomía

Más que platos típicamente australianos (la cocina autraliana está muy influenciada por la anglosajona y también por la de otras comunidades inmigrantes), destaca la forma de prepararlos. Lo más australiano es la barbacoa (conocida como BBQ), donde se asan filetes de carnes autóctonas como el canguro, el cocodrilo o el wallaby. En cualquier caso es una buena oportunidad para probar carnes exóticas para nosotros. En cuanto al pescado destacamos el barramundi, una especie de perca de los ríos australianos. Pero lo más habitual en el país es recurrir a las comidas para llevar (take-away) o comida rápida (fast-food), y eso se nota en el grave problema de obesidad que sufre su población. En grandes ciudades es fácil encontrar restaurantes especializados en cocinas de todo el mundo.

El vino y la cerveza son muy populares en Australia, aunque eso no significa que sean baratos. Algunos restaurantes, conocidos como BYO (Bring Your Own), permiten que cada uno traiga su propia botella de vino, comprada fuera, para beberlo durante la comida, resultando así más barato.

Cultura

Aunque hoy día los aborígenes suponen apenas un 3% de la población total de Australia (frente al 91% de los aussies o descendientes de europeos), su rica y antiquísima cultura está cada vez más presente en el panorama cultural de este país. Los pueblos aborígenes son de las civilizaciones más antiguas del mundo, pero al vivir aislados durante miles de años y no teniendo una historia escrita, quedan pocos restos de su cultura. Todo en el arte aborigen tiene un sentido mágico–religioso o ritual, y son especialmente interesantes las pinturas, bien realizadas en tela, bien sobre el cuerpo, con carácter abstracto o simbólico y siempre diferentes.

Otras manifestaciones culturales aborígenes son las esculturas en la tierra o las tallas en madera, además de complejos cantos y danzas. El instrumento más característico de su música es el didgeridoo, un largo tronco hueco de madera cuya sonoridad depende del tipo de madera, su forma o su longitud.

Diferencia horaria

En nuestro horario de verano la diferencia es de +8 horas en la zona horaria oriental (por ejemplo Sydney y Melbourne), +7'5 en la zona central (Darwin o Alice Springs), y +6 en la zona occidental (Perth). Si se viaja a Australia con nuestro horario de invierno vigente las diferencies son de +10, +9'5 y +8 horas respectivamente.

Electricidad

En Austràlia la corriente eléctrica es de 220-240 V i 50 Hz. Los enchufes son del tipo I (tres clavijas) y por tanto deberemos llevarnos (o comprar allí) un simple adaptador. Allí se pueden encontrar fácilmente en cualquier convenience store, p.e. los 7eleven, por un módico precio.

Guía de viaje

Australia, Lonely Planet (en inglés, 12ª ed. Enero 2004). Esta nueva edición coincide con un cambio de formato que, en nuestra opinión, viene a mejorar bastante el que había hasta ahora, especialmente en la localización en mapas. Debido a lo reciente de su publicación en las fechas de nuestro viaje y a que la editorial Lonely Planet, en este caso, juega en casa la información que proporciona la guía es mucha y bastante exacta.

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 GUÍA / RELATO DE VIAJE
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MELBOURNE y GREAT OCEAN ROAD (Victoria)
COMO LLEGAR

Vuelo Barcelona-Frankfurt con Iberia (1 hora y 50 minutos). A continuación otro vuelo Frankfurt-Singapur con Qantas (unas 12 horas para recorrer 10.300 km), en un Jumbo 747/300 con pantalla personal para películas, música y juegos, lo que permite pasar rápidamente las horas. En la corta espera espera entre vuelo y vuelo en el superaeropuerto Changi de Singapur aprovechamos para visitar el curioso jardín de cactus que hay en la terraza al aire libre de la Terminal 1. Por último, vuelo Singapur-Melbourne, también con Qantas (7 horas, 6.000 km). En total han sido 28 horas de viaje entre Barcelona y Melbourne, entre tiempo de vuelo efectivo y esperas en aeropuertos.

Pasado el control de inmigración (donde comprueban por terminal la existencia y validez de nuestra Autorización Electrónica de Viaje) se accede a la sala de equipajes. Policías con perros adiestrados controlan cada pieza de equipaje. Antes de salir al exterior cambiamos efectivo en una oficina de Thomas Cook, abierta las 24 h. La tasa aplicada no està ni bien ni mal, pero hay una comisión fija de 7 A$ que penaliza el cambio. En el exterior de la terminal de llegadas está la parada del Skybus al centro de la ciudad. A partir de las 5 de la mañana hay uno cada 15 minutos y cuesta 13 A$ por viajero. Como aún no ha amanecido, es festivo y no hay tráfico, en sólo 20 minutos llegamos a Stephen St, destino final del autobús. Desde aquí vamos caminando por las calles Lonsdale y Elizabeth hasta el hotel, siendo la primera toma de contacto con la ciudad a pie de calle.

DORMIR & COMER

Toad Hall Hotel (441 Elizabeth St, Tel (03) 9600-9010). La habitación doble con baño compartido nos cuesta 60 A$. El lugar es sencillo, pero está muy limpio y es bastante céntrico. Dispone de nevera y cocina para poder hacerse la comida uno mismo. Es una lástima que el personal de recepción del hotel sea algo antipático.

A 50 m. del hotel, al otro lado de Elizabeth St, se encuentra el Hudsons Coffee, un lugar muy moderno y acogedor para desayunar. El restaurante italiano Cafe Puccini no es muy caro y la comida está bien (Village arcade, 206 Bourke St). En el Myo (487, Flinders Lane) uno mismo escoge lo que quiere y como lo quiere entre un gran surtido de ensaladas, pastas, y demás. El Blue Train Cafe (Southgate Landing) es un buen sitio para cenar, con una carta muy amplia y una buena vista de la ciudad. Para tomar un café o una bebida recomendamos el Young&Jackson (1, Swanston St), un lugar con mucha clase al estar ubicado en un bonito edificio del 1853, especialmente su interior.

Para cambiar dinero en la ciudad un buen lugar es el chiringuito que hay en la esquina de las calles Swantson y Bourke. PeterPan, contiguo al hotel Toad Hall, era el lugar más barato para conectarse a Internet, a sólo 2 A$ la hora.

COSAS A VER

MELBOURNE (estado de Victoria) es la capital cultural y deportiva de Australia, y también es la segunda ciudad más grande del país. Cuenta con muchos edificios de estilo victoriano, grandes parques y amplios bulevares surcados por los tranvías. Desde el punto de vista humano es una ciudad multicultural, cosmopolita y vibrante desde el punto de vista cultural. Nuestro interés en esta ciudad también pasaba por utilizarla como base para explorar la magnífica Great Ocean Road. En cualquier caso creemos que su visita es muy recomendable, aunque también pensamos que es mejor visitar Melbourne antes que Sydney para no dar lugar a cierta decepción.

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Vista nocturna del CBD de Melbourne

Zona centro (CBD o Central Bussiness District). Aquí se encuentran buena parte de las atracciones de Melbourne y se puede recorrer fácilmente a pie. Para empezar la visita recomendamos tomar el City-Circle Tram, un tranvía gratuito que realiza un recorrido circular por esta zona y que permite hacerse una primera idea de la ciudad. Pasa cada 12 minutos aprox. y se distingue fácilmente por sus colores granate y dorado. Una vez ubicados podemos empezar la visita en Federation Square, una plaza cuadrada de arquitectura muy moderna y controvertida, aunque debemos reconocer que es bastante original. En una esquina está el Ian Potter Centre, un museo donde ver arte australiano de todas las épocas (la entrada para ver su colección permanente es gratuita). En la esquina opuesta de la plaza está el Melbourne visitor centre, una muy útil oficina de turismo. Junto a la plaza encontramos el imponente y bonito edificio de laestación de ferrocarril Flinders, construido en 1910 en estilo eduardino (aunque el tren llega a este punto de Melbourne desde 1854). En las cercanas calles de Collins,SwanstonElizabethSpring o Bourke encontramos interesantes edificaciones del s. XIX, en estilo gótico, eduardino o de influencias parisinas. El Block Arcade, por ejemplo, es un precioso edificio ocupado por galerías comerciales y que traslada a otra época.

En Little Bourke St y callejones adyacentes tenemos Chinatown, la zona donde más se aprecia la huella de la comunidad china de la ciudad, con sus rótulos característicos, edificios, restaurantes, etc. En el extremo oriental de Bourke St encontramos el Parlamento y enfrente la atractiva fachada victoriana del lujoso hotel Windsor. Detrás del Parlamento se extiende una bonita y elegante zona con interesantes casas de estilo victoriano. Aquí destaca la gran catedral de St Patrick, de estilo neo-gótico.

Para ver la ciudad desde las alturas hay dos opciones. La primera es subir a la planta 55 del edificio Rialto Towers, en Collins St, desde donde se supone una espectacular vista de 360º. El inconveniente es que subir cuesta 12 A$. La segunda opción, y la que escogimos nosotros, es gratuita y consiste en subir a la planta 35 del hotel Sofitel Melbourne, también en Collins St. Entrando en los lavabos de esta planta encontramos una pared entera de cristal que permite disfrutar de unas magníficas vistas sobre Melbourne. En esta misma planta hay un restaurante donde se puede comer también gozando de una vista similar. Para subir hasta aquí basta con tomar un ascensor directo que hay en una entrada contigua a la del hotel.

A escasos 200 m. del hotel Toad Hall está el enorme e interesante mercado Queen Victoria, donde, entre otras muchas cosas, es posible comprar souvenirs a buen precio. En cuanto a museos recomendamos especialmente el Immigration Museum (está en el nº 400 de Flinders St y la entrada vale 6 A$, aunque hay un descuento del 10% si se presenta un carnet YHI). Su contenido es muy interesante y ameno, permitiéndonos entender mucho mejor la idiosincracia de la sociedad australiana a través de los flujos inmigratorios que se han producido a lo largo de su historia. También es interesante el edificio en el que se encuentra el museo.

Cruzando el puente sobre el río Yarra hacia el sur por St Kilda Rd tenemos a la izquierda los jardines Alexandra y Queen Victoria, y a la derecha el llamado arts precint, un conjunto de edificios que forman el corazón cultural de la ciudad: el museo National Gallery of Victoria, el Melbourne Concert Hall y el Theatres Building. Cruzando Linlithgow Av entramos en una enorme zona ajardinada conocida como Kings Domain. Primero encontramos el Myer Music Bowl, un escenario al aire libre con la línea de rascacielos de la ciudad detrás suyo. Más al sur tenemos la Government House, un bonito edificio que es la copia de un palacio que tuvo la Reina Victoria en la isla inglesa de Wight. No muy lejos está el Shrine of Remembrance, un enorme monumento en memoria de los soldados del estado muertos en la Primera Guerra Mundial. Muy recomendable subir hasta un balcón en su parte superior desde el que tendremos una espectacular vista de la ciudad desde el sur. Por pura casualidad nosotros coincidimos aquí con un muy emotivo acto de homenaje de oficiales de la marina australiana a sus muertos en la guerra. Hacia el este tenemos los Royal Botanic Gardens, considerados unos de los más bonitos del mundo. El acceso es gratuito y son bastante grandes, con numerosas rutas temáticas. Acabada la visita al jardín botánico volvemos a St Kilda Rd por Domain Rd y calles adyacentes, lo cual nos permite ver casas muy bonitas en esta zona bien.

En el lado occidental del CBD están los Docklands, la antigua zona de los muelles y que ahora se encuentra en plena efervescencia constructora, ya que se está poblando de novísimos edificios de viviendas, oficinas y centros de ocio. Destaca por lo llamativo elTelstra Dome, un estadio para espectáculos deportivos y ocio.

St Kilda viene a ser el barrio marítimo de Melbourne y está a unos 7 km del centro. Se trata de un lugar con un gran número de bares, restaurantes, tiendas y lugares fashion. En verano debe haber aquí un gran ambiente, pero en las fechas de nuestra visita, ya casi invierno, era un lugar mucho más tranquilo. Vale la pena ni que sea para una corta visita, por ejemplo para comer y dar una vuelta. Para venir hasta aquí tomamos el tranvía nº 16 en St Kilda Rd y tras un corto recorrido de unos 15 minutos bajamos al principio de Fitzroy St. Andamos por The Esplanade, pasando ante el Esplanade Hotel, construido en 1880, y el parque de atracciones Luna Park, con aspecto de viejo (en el buen sentido de la palabra). En las calles FitzroyAcland y Carlisle se concentra la mayor parte del ambiente de la zona y es fácil encontrar un café o restaurante donde tomar algo. Caminando por Jacka Bvld, el paseo marítimo que transcurre paralelo a la bahía, encontramos más restaurantes, casetas de baño, y finalmente el St Kilda Pier y los jardines Catani. Un buen lugar para pasear al lado del mar y gozar de las vistas de la ciudad y la bahía. Para volver al centro de Melbourne tomamos el tranvía nº 96 en la calle Fitzroy.

Williamstown es el destino de otra corta excursión a las afueras de Melbourne para disfrutar de un lugar con encanto. Fue el principal puerto de la bahía de Port Phillip desde 1837 hasta 1880, cuando Melbourne tomó el relevo. Ahora se trata de un sitio popular para los habitantes de Melbourne en los fines de semana. El día de nuestra visita era un día laborable a finales de otoño, con lo que nos encontramos con la tranquilidad propia de un lugar costero fuera de temporada. Aparte de la magnífica vista de la bahía con los rascacielos de Melbourne en el horizonte vale la pena andar por algunas de sus calles, especialmente para ver los edificios históricos enNelson Place. Para ir de Melbourne a Williamstown la guía LP recomienda el ferry, que sale del amarre 7 en Southgate y cuesta 18 A$ ida y vuelta, pero a causa de la adversa climatología del día en cuestión nosotros preferimos tomar el tren. Estos salen de la estación Flinders, emplean unos 30 minutos en el recorrido y al ser un tren de cercanías los hay muy a menudo. Para volver a Melbourne se puede hacer desde la misma estación de Williamstown o desde la cercana Williamstown Beach, a la que se puede llegar en un agradable paseo.

En el Visitor Centre de Federation Sq podemos comprar el Metcard de un día por 5'8 A$. Con él podemos tomar tantos tranvías, autobuses o trenes de la zona 1 como queramos a lo largo de todo un día. Para visitar el centro de Melbourne no es necesario, pero es muy práctico si planeamos ir a St Kilda y a Williamstown en un mismo día, por ejemplo.

GREAT OCEAN ROAD. Esta carretera, que recorre la costa suroccidental del estado de Victoria a lo largo de más de 400 km, está considerada como una de las rutas costeras más espectaculares del mundo, combinando playas de grandes olas, altos precipicios, acantilados de perfil irregular, verdes paisajes, pequeñas poblaciones y bosques de eucaliptos. Aunque cualquier época del año es buena para recorrerla, en invierno (de junio a agosto) se muestra más espectacular y salvaje: fuerte oleaje, temperaturas frescas y días soleados, vegetación de un verde exultante tras las lluvias, y también porque está mucho menos concurrida, con lo que podremos disfrutar de mayor tranquilidad durante nuestra visita.

Aunque es posible contratar un tour en una de las varias agencias de Melbourne que incluyen este recorrido (a partir de 65 A$ por persona una excursión de un día) nosotros recomendamos el alquiler de un coche por la gran libertad que proporciona. En un radio de 200 m. del hotel Toad Hall se encuentran la mayoría de agencias de alquiler de coche de Melbourne, con lo que es fácil recorrer unas cuantas para quedarnos con la mejor oferta. Es recomendable hacerlo porque las diferencias pueden ser significativas y cada día cambian. Nosotros alquilamos en Budget un Hyundai Getz manual por 39 A$, más 23 A$ del seguro y con kilometraje ilimitado. La gasolina sin plomo nos costó 0.99 A$/litro en Melbourne en las fechas de nuestro viaje. La ruta expuesta a continuación nos supuso un total de 510 km.

A primera hora de la mañana salimos de Melbourne pasando por el espectacular West Gate Bridge, un puente con una altura que impresiona y desde el cual hay una vista alucinante de la ciudad. Siguiendo la autovía M1 llegamos a Geelong. Nos dirigimos al centro de esta ciudad y recopilamos información de la zona en el National Wool Museum Visitors Centre, en Moorabool St. Aprovechamos para ir al frente marítimo, a sólo 100 m. Se trata de una zona nueva, muy cuidada y con un cierto atractivo. A lo largo de Eastern Beachhay un bonito paseo de estilo art decó, al igual que el complejo de baños. También destaca el Cunningham Pier o el Jardín Botánico. Abandonamos Geelong y tomamos la B100, entrando en la Great Ocean Road propiamente dicha. A partir de aquí vamos pasando por pequeñas poblaciones como TorquayAnglesea o Lorne. En esta última nos desviamos de la carretera principal y subimos por empinadas calles hasta llegar al Teddy Lookout, un punto elevado desde el que hay una magnífica vista sobre el océano y los montes boscosos circundantes.

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Doce Apóstoles (Port Campbell N.P.)

Continuamos la ruta y tras pasar por Apollo Bay la carretera se aleja momentáneamente de la costa para rodear el Otway National Park. Nos desviamos por la Otway Lighthouse Rd y tras 12 km de una carretera secundaria entre grandes árboles primero y campos después llegamos al Cape Otway Lightstation, un bonito faro que bien merece una visita (la entrada al recinto donde se encuentra el faro vale 5 A$ y da derecho a ver el interior del faro y subir hasta donde se encuentra la óptica, desde donde hay una vista espectacular de este trozo de costa y los arrecifes donde tantos barcos naufragaron).

Volvemos a la carretera B100 y tras un buen trecho llegamos al visitors centre del Port Campbell National Park, la parte más conocida de la Great Ocean Road ya que alberga las maravillas naturales más conocidas de este lado del país. Entre ellas la más popular es la conocida como los Doce Apóstoles. Se trata de 12 torres de piedra caliza que han quedado en medio del océano tras milenios de erosión que las separaron de la tierra firme. Desde los diferentes miradores sobre la costa sólo es posible ver 7 de ellas, ya que las otras quedan ocultas a la vista y sólo es posible verlas desde el mar o desde el aire (es posible contratar un helicóptero).

En cualquier caso es un lugar fascinante que bien merece el esfuerzo de llegar hasta aquí (a primera hora de la mañana o a última de la tarde es cuando la luz las hacer más fotogénicas). Pocos kilómetros más allá del visitors centre encontramos anunciado el Loch Ard Gorge, una minúscula y preciosa bahía cuya única salida al mar abierto es una garganta. Además en las inmediaciones hay dos grandes cuevas naturales. Continuando por la B100 y pasado Port Campbell se llega al London Bridge, otra curiosa formación rocosa. Aquí damos por acabada nuestra ruta por la zona. Para volver a Melbourne tomamos la carretera C164 en Port Campbell hasta conectar con la A1, la cual va por el interior pasando por Colac o Winchelsea hasta llegar a Geelong. Desde aquí tomamos de nuevo la autovía M1 hasta Melbourne, adonde llegamos ya de noche.

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SYDNEY y BLUE MOUNTAINS (Nueva Gales del Sur)
COMO LLEGAR

Tomamos un autobús de McCafferty's/Greyhound que sale del Melbourne Transit Centre (en Franklin St, a menos de 100 m. del hotel) a las 20:00. El billete cuesta 65 A$ (59 A$ con carnet YHI) y es recomendable comprarlo con antelación. El autobús es cómodo y se pasa la noche en ruta. Para a medianoche en una área de servicio para comer algo, así como en Albany, Canberra y el aeropuerto de Sydney para recoger/dejar pasaje. Llegamos a la Central Station de Sydney a las 8 de la mañana del día siguiente, tras algunos embotellamientos de entrada a la ciudad.

DORMIR & COMER

El hotel Springfield Lodge (9 Springfield Av, tel. 9358 3222) cuesta 60 A$ la habitación doble con baño compartido. A pesar de la zona donde se encuentra es muy tranquilo y el hotel no está nada mal, aunque no tiene calefacción si hace algo de frío. El personal de recepción es bastante atento. Puesto que supusimos que llegaríamos cansados a Sydney este hotel lo habíamos reservado por Internet. Para llegar hasta aquí desde la Central Station tomamos el tren, dirección Bondi, en la misma estación y bajamos en la parada de Kings Cross (este trayecto cuesta 2'2 A$). Andando unos 200 m. se llega al hotel. Por casualidad vimos en la zona un Hotel Formule 1 Kings Cross (191-201 William St, tel. 9326 0300) al que nos cambiamos para las siguientes noches en Sydney. Llevaba abierto desde hacía sólo 1 mes y por tanto es muy nuevo. La habitación, con baño privado, TV y aire condicionado/calefacción cuesta 79 A$, aunque en ella se pueden alojar hasta 4 personas (mejor pedir una de las habitaciones que da a la parte posterior para evitar el ruido del tráfico). Opcionalmente se ofrece un desayuno continental por 6 A$. Desde Kings Cross al centro de Sydney se puede ir andando en unos 15 minutos.

Para cenar bien y no muy caro recomendamos el Mamma's Kitchen, un restaurante italiano en el 57 de Liverpool St. Entre la Ópera y Circular Quay hay varios chiringuitos donde es posible comer algo rápido. Otro sitio que no está mal es el restaurante Jacksons on George (176 George St).

COSAS A VER

SYDNEY (estado de Nueva Gales del Sur o NSW) es la ciudad más antigua de Australia y su principal motor económico. Para nosotros resultó ser, además, un lugar fascinante. La bahía de Sydney, alrededor de la cual se desparrama la ciudad y sus alrededores, está considerada una de las más bonitas del mundo y no es para menos. Por todo ello y mucho más este es un lugar para pasar unos cuantos días sin miedo a aburrirse.

Circular Quay y alrededores. Empezamos por el icono más conocido de Sydney que es, como no, la Sydney Opera House. Aunque acabada en 1973 y vista millones de veces en fotos e imágenes la verdad es que impresiona mucho, tanto por su diseño como por su ubicación. Vale la pena detenerse para disfrutar de cada uno de sus ángulos posibles desde cualquier posición. Es un edificio sencillamente fascinante. Es posible visitar su interior mediante un tour guiado (los hay de varios tipos, según temática y duración, a partir de 18 A$).

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Sydney Harbour Bridge

Desde la ópera tenemos una magnífica perspectiva del otro gran icono de la ciudad, elSydney Harbour Bridge, el característico puente que une las orillas norte y sur de Sydney. Por experiencia os podemos decir que hay que controlarse para no disparar fotografías como una ametralladora dado lo fotogénico del conjunto. Desde la ópera caminamos hacia el oeste, voreando la bahía Sydney Cove, y pasamos por el Circular Quay (el centro neurálgico de Sydney, con los muelles de los ferrys, la terminal marítima de pasajeros, una estación de tren, tiendas, restaurantes, etc), un buen lugar para palpar el pulso diario de esta ciudad. Continuando más allá llegamos a The Rocks, lugar donde se asentaron los primeros colonizadores europeos que llegaron a esta zona. Hoy día es una zona muy turística, con muchas tiendas y restaurantes, pero aún así vale la pena pasear por aquí para disfrutar de sus estrechas calles y bonitos edificios coloniales. Algunas perspectivas de esta zona, con los imponentes rascacielos de vidrio y acero a sus espaldas, pueden recordar fácilmente a la ciudad americana de San Francisco. Cruzando por algunas de sus callejuelas llegamos a unas escaleras que suben hasta el nivel de la Bradfield Hwy, la autopista que cruza el famoso puente. Caminando unos 400 m. por su acera lateral llegaremos al pilar sudeste del puente, el llamado Pylon Lookout. Aquí se puede subir hasta lo alto del pilar por 8'5 A$ o bien cruzar paseando todo el puente hasta su extremo norte. Las vistas desde aquí son realmente impagables: la ópera, la línea de rascacielos tras Circular Quay, los suburbios de Sydney, la bahía y las numerosas embarcaciones que la navegan. Todo ésto se ve desde este mirador único. Para los más aventurados, y con presupuesto alto, también existe la posibilidad de vivir la experiencia del Bridgeclimb, una escalada de 3'5 horas por la estructura metálica del puente hasta llegar a su punto más alto. No apto para personas con vértigo.

Zona centro. Callejear por el centro de Sydney es una agradable experiencia en la que podemos ver algunos lugares y edificios interesantes, como por ejemplo el Sydney Town Hall (un edificio de 1874 donde reside el Ayuntamiento), la catedral de St Andrew(la más antigua de Australia) o los imponentes edificios Queen Victoria Building y Strand Arcade, magníficamente restaurados y que hoy día hospedan grandes centros comerciales. En la calle Liverpool y aledaños podríamos situar el Spanish Quarter, visible por algunos restaurantes con nombres, comida y música "típicamente" españoles, aunque son caros y no deja de sorprender que en el restaurante Casa Asturiana, por poner un ejemplo, se acompañe la cena con flamenco. Alrededor de la calle Dixon, unos 200 metros más al sur, entramos de lleno en Chinatown, con muchos restaurantes y algunos comercios de Todo a 100. En ambos barrios suele haber un gran ambiente nocturno, sobre todo en la calle Liverpool. A lo largo de Macquarie St, en el lado este de la zona centro, hay un buen número de interesantes edificios públicos: la iglesia de St James, el museo Hyde Park Barraks, el edificio Mint o elParliament House.

Una ruta panorámica absolutamente recomendable es una que circumvala las bahías de Woolloomoolloo y Farm Cove. Esta arranca en la calle Victoria St de Kings Cross, calle en la que podemos ver algunas bonitas casas. Desde su extremo norte, en el pequeñoparque Embarkation, en Potts Point, tendremos unas estupendas vistas de la ciudad y sus principales símbolos. Bajando desde aquí por unas escaleras accedemos a Cowper Wharf, la carretera que circunvala la bahía de Woolloomoolloo. Aquí encontramos el famoso, según parece, Harry's Café de Wheels, un pequeño chiringuito de comida take-away que abrió en 1945 y desde entonces ha tenido multitud de visitantes ilustres (podemos ver fotos de famosos del cine, del deporte, la política, etc. de todo el mundo que pasaron por aquí). Siguiendo la bahía conectamos con el lado este del enorme Royal Botanic Garden hasta llegar al Mrs. Macquaries Point, con vistas sensacionales sobre la ciudad, la ópera y el puente que quitan el aliento. Continuamos bordeando Farm Cove y, como nos viene casi de paso, nos desviamos para visitar la Government House, la que fuera la residencia del gobernador de Nueva Gales del Sur. Fue construida en 1837 y es una especie de castillo gótico, muy inglés. Muy bonito el edificio como su entorno. La visita es gratuita, aunque para verlo por dentro hay que unirse a una visita guiada que hay que pagar. Finalizamos esta ruta panorámica recorriendo 300 m. más desde aquí hasta llegar a la Opera.

Darling Harbour. En la zona oeste de la ciudad, y alrededor de la bahía Cockle, se encuentra esta zona portuaria que en los últimos años ha sido convertida en una moderna zona de ocio, con tiendas, restaurantes, cines, hoteles, etc. Aparte de pasear por ella aquí encontramos el Aquarium (parece recomendable, aunque nosotros no lo visitamos), algunos museos y el Chinese Garden of Friendship, un precioso y tranquilo jardín de estilo chino diseñado por paisajistas de Guangdong (la entrada cuesta 6 A$). Muy cerca de aquí se encuentra el Barrio Chino, cuyo eje principal es Dixon St, con una gran cantidad de restaurantes y tiendas. Por pura casualidad nosotros coincidimos con un concierto de homenaje a The Beatles (aquí parecen continuar de moda 40 años después) en un escenario montado sobre el agua de la bahía.

Una forma distinta de ver la zona de Darling y el centro es desde el monorail, el cual realiza un recorrido circular elevado sobre el suelo. Emplea unos 15 minutos en dar la vuelta completa y cuesta 4 A$ el trayecto, aunque nos permite dar las vueltas que queramos mientras no descendamos de él. Hay varias estaciones a lo largo de su recorrido.

Manly es un bonito enclave situado en una estrecha península al norte de Sydney. Parece ser un lugar muy frecuentado por la gente de Sydney durante los fines de semana. Desde donde nos deja el ferry, en Manly Cove, basta recorrer los 400 metros de The Corso, una calle peatonal llena de tiendas y restaurantes, para llegar a la bonita playa de Manly, abierta al océano Pacífico. El paseo marítimo que rodea esta playa, la calle North & South Steyne, es uno de los caminos escénicos que se proponen a los visitantes de Manly. El otro, aún más interesante que éste, es el Manly Scenic Walkaway, un bonito paseo a pie de 9 km que pasa junto a pequeños puertos y playas, bonitas casas, puntos panorámicos, y que se adentra en el Sydney Harbour National Park. En el Manly Visitors Centre (junto al ferry) nos pueden proporcionar un mapa muy útil para recorrer estos caminos escénicos. Si no se va muy apretado de días opinamos que vale la pena venir hasta aquí y pasar al menos medio día.

Para llegar a Manly desde Sydney basta con tomar el ferry a Manly en Circular Quay. El trayecto dura 30 minutos y es muy bonito, por lo que vale la pena ir en la parte exterior del ferry. Ya sólo por disfrutar de la llegada a Sydney vale la pena. El billete de ida y vuelta cuesta 11'6 A$.

Bondi y alrededores. La playa de Bondi es quizás la más famosa de Sydney y una de las más populares en Australia para los surfistas. De hecho el primer club de surf del mundo se creó aquí. Esta playa es grande y bonita, pero aparte de esto, sorprende su ambiente de mezcolanza de diversas comunidades inmigrantes y sobre todo la gran cantidad de gente que se puede ver haciendo deporte a lo largo de la playa o el paseo marítimo adyacente: surfistas, bañistas, o haciendo fitness, jogging o similar. Increible. Un itinerario a pie muy recomendable desde esta playa es ir hacia el sur por la calle Sandridge hasta conectar con un precioso camino que bordea los acantilados sobre el océano hasta llegar a Tamarama, una cala con fuerte oleaje. Continuando el camino llegamos aBronte, un lugar encantador donde un parque con hierba llega hasta la misma playa. Vale la pena comprar comida para llevar (por ejemplo fish & chips) en alguno de los numerosos chiringuitos cercanos y comer al aire libre en alguno de los bancos que hay enfrente de la playa, mientras vemos a los surfistas desafiando a las grandes olas. Lo dicho, muy recomendable.

Para llegar a Bondi tomamos el autobús nº 380 en Oxford St (2'7 A$ el trayecto), el cual nos deja justo enfrente de la playa. Volvemos al centro de Sydney tomando el autobús nº 378 en Bronte (también 2'7 A$), junto al parque.

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Vista de Sydney desde el zoo

Taronga Zoo. Aunque a nosotros no nos gustan demasiado los zoológicos, creemos que este en particular vale la pena, ya que ofrece la posibilidad de ver la numerosa fauna autóctona australiana, única en el mundo, aunque sea en cautividad (durante el viaje ya tendremos oportunidades de verlos en libertad o no), como canguros, wallabies, wombats, koalas, ornitorrincos, y muchos más. Además el zoo se encuentra ubicado en un lugar fantástico, con unas vistas excepcionales de la ciudad de Sydney y su bahía. El zoo es tan grande y hay tantas especies que fácilmente se pueden emplear más de 3 horas en ver las más significativas.

Para llegar al zoo hay que tomar el ferry en Circular Quay. Aquí podemos comprar elZooPass que por 31'6 A$ incluye la entrada al zoo, el ferry de ida y vuelta, y el teleférico de subida y bajada entre el ferry y la entrada superior del zoo. Esto es más económico que comprados por separado (ya sólo la entrada al zoo vale 25 A$ y el ferry 4'5 A$ por trayecto). El trayecto en ferry entre la ciudad y el zoo es de 15-20 minutos.


Blue Mountains (declaradas Patrimonio de la Humanidad en el año 2000). La región montañosa de las Montañas Azules se encuentra a unos 100 km del centro de Sydney y debe su nombre a la neblina de color azulado formada por las micropartículas aceitosas en suspensión desprendidas por los millones de eucaliptus que pueblan estas montañas. Por todo lo que ofrece este parque nacional y por la facilidad en llegar hasta aquí, la verdad es que esta excursión vale realmente la pena, dedicándole al menos un día entero. En él podemos encontrar paisajes espectaculares, con gran cantidad de barrancos y precipicios, y todo cubierto por eucaliptus hasta donde llega la vista. La diferencia de altura con Sydney, más de 1.000 metros, hace que la temperatura aquí sea notablemente inferior que a nivel del mar, por lo que es conveniente traer ropa de abrigo.

Para ir a las Montañas Azules compramos el billete de tren en la misma estación de Kings Cross (en hora punta cuesta 22'8 A$ ida y vuelta, pero si se compra después de las 8:00 h. pasa a valer sólo 14 A$). Con este mismo billete tomamos el tren hasta la Central Station, donde cambiamos de tren para tomar el siguiente a Katoomba, el centro turístico de la región. Son dos horas de cómodo viaje (y bonito en cuanto empezamos a subir hacia las montañas). Desde la estación de tren de Katoomba andamos unos 2 km callejeando por esta tranquila población hasta llegar al Echo Point, quizás el lugar más popular de toda la región, ya que desde aquí la vista es sencillamente fantástica sobre el valle Jamison y la espectacular formación rocosa conocida como Three Sisters. Junto al Echo Point hay una oficina de turismo donde conseguir mapas detallados para recorrer la zona. Uno de los posibles recorrido

s a pie arranca aquí y baja hasta una de las rocas de las Three Sisters. Otro de ellos, igualmente recomendable, es el conocido como Henry Cliff walk, con origen en el Echo Point y final en el Scenicworld (a lo largo del camino hay varios miradores con vistas sensacionales). DelScenicworld salen un funicular y un teleférico que descienden hasta el valle Jamison. Aquí también hay un restaurante y una tienda donde comprar algo para comer.

Para ir a otros puntos de interés más lejanos, como Leura, o para volver al centro de Katoomba se puede tomar alguno de los autobuses que van tomando y dejando pasajeros en sitios prefijados dentro de un circuito circular. Un viaje sencillo cuesta 2'4 A$, pero también existe la posibilidad de comprar un abono Blue Mountains Explorer Bus que vale 25 A$ y permite tomar el autobús de forma ilimitada durante 24 horas en cualquiera de esos puntos prefijados. Para volver a Sydney basta con volver a la estación de Katoomba y tomar el primer tren hacia allá (hay uno cada hora aprox.)

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